La identidad y la construcción de la marca de una empresa son procesos únicos y particulares, más allá de que se puedan emplear determinadas estrategias de mercadotecnia que se encuentren previamente establecidas. Esto se debe a que la imagen que cada persona o que los grupos sociales establecen de determinados elementos en el imaginario colectivo son construcciones únicas en las que pueden influir muchos factores al momento de determinar con mayor precisión cómo se perciben las principales características o las marcas de identidad de cada elemento.
A su vez, también es muy conveniente que los propios empleados y que los integrantes de la compañía, ya sea tercerizados o que formen parte, puedan comprender esta imagen y la forma en la que se construye. Solo así es posible conseguir una mayor estabilidad en los medios de establecer los diversos proyectos de la empresa y en las estrategias implementadas para lograr objetivos de mercado particulares.
En palabras más simples, nos referimos a que, si las personas involucradas con la empresa (tanto en publicidad como en la producción) conocen la imagen que quiere dar la empresa, es posible lograr un mejor desempeño, ya que todos los esfuerzos se orientarán en el mismo sentido. Además de que podrán contar con mejores condiciones laborales, ya que el espíritu de trabajo y el ambiente laboral siempre es mucho más agradable en una empresa que se preocupa por potenciar los valores corporativos en todo aspecto.

La importancia de conocer primero qué imagen quieren dar
Muchas veces, la consolidación de una imagen se construye a base de prueba y error hasta que se encuentra un elemento que funciona y que logra caracterizar el espíritu de los productos y de la forma de trabajar de esa empresa. Además de que también hay muchas coincidencias y casualidades que logran establecer estrategias exitosas sin esperarlo.
Sin embargo, estas oportunidades que se pueden aprovechar no surgen de la nada, sino que son el resultado de un proceso de trabajo arduo para plantear estrategias de mercado atractivas. Así como también influye la orientación que se les vayan dando a los esfuerzos para lograr campañas publicitarias más exitosas y para consolidar una marca comercial.
Es por estos motivos que resulta fundamental conocer, en primera instancia, qué tipo de imagen quieren dar o construir para mostrarse como una empresa atractiva hacia los consumidores. Así como también deberían tener lineamientos generales que planteen un camino sobre el cual orientar las estrategias.
Cómo empezar a construir los valores de la empresa
Como es bien sabido, los valores que adoptan diferentes entornos siempre se construyen sobre una base consolidada en aspectos fundamentales. Es por esta razón que resulta indispensable establecer esa base en la que luego establecerán los valores a seguir.
A fin de poder encontrar una base sólida, coherente con los objetivos que quieren plantear y en consonancia con el espíritu de la empresa, les recomendamos que consideren los siguientes aspectos:
- Primero, remitirse a los orígenes de la empresa: ¿Quién la fundó? ¿En qué contexto se fundó? ¿Cuál era el objetivo inicial de su fundador? ¿Ese objetivo inicial se expresó de forma explícita por parte del fundador o se mostró de forma implícita en los resultados de su trabajo?
- ¿Hacia qué público apunta la empresa? Es decir, ¿quiénes son los clientes ideales para sus productos?
- ¿Su empresa intenta solucionar alguna problemática o intenta satisfacer alguna necesidad que nadie más está cubriendo en el mercado?
- ¿Qué es lo que hace diferente a su empresa del resto de las alternativas disponibles en el mercado?
- ¿Cuentan con alguna característica estética particular? En este sentido, para muchas compañías, una decisión estética fundamental es el color característico de su marca, a través del cual sus productos pueden ser identificados claramente.
- ¿Con qué asocian su marca las personas en un primer contacto?
Obviamente, en esta lista no se encuentran todas las claves que deberían tomar en cuenta para establecer los valores sobre los cuales van a trabajar. Pero pueden tomarlos como punto de partida para, más tarde, adaptar los lineamientos de acuerdo con sus necesidades particulares y según los recursos de los que disponen.

Mantener un espíritu de innovación sobre los lineamientos de la base establecida
Luego de que hayan encontrado eso que caracteriza a su empresa y que le da su identidad, es bastante útil apelar siempre a estos principios de alguna manera, pero si repiten una fórmula que funcionó en algún momento hasta el cansancio, corren el riesgo de caer en la obsolescencia. Esto es uno de los principales problemas para las grandes empresas, ya que se ven obligadas a innovar constantemente para mantener el interés de su público.
Además, a partir de la innovación, se pueden captar sectores del mercado mucho más amplios y pujantes, ya que las tendencias son una forma de aumentar las ventas considerablemente. Es por esta razón que, más allá de las bases sobre las que puedan construir los principios de su empresa, siempre deben estar dispuestos a arriesgarse y a probar cosas nuevas, debido a que, de esta manera, se crean las oportunidades a futuro.
Transmitirles a los empleados la fidelidad y el compromiso por la empresa
A fin de mejorar el ambiente laboral y para que logren un desempeño mucho más eficiente, es fundamental que los empleados se comprometan con la empresa y con su éxito. Para lograrlo, deben conocer, principalmente, cuáles son los valores y las características que distinguen a esta empresa. Así como también es muy importante que puedan determinar con mayor claridad la forma en la que deberían trabajar para potenciar los puntos fuertes de la compañía.
Solo así es posible también encontrar una motivación para crecer dentro de la empresa y junto con ella. Por lo que les recomendamos que incentiven estos aspectos en los empleados e incluso también en los servicios tercerizados que realicen parte del trabajo de la empresa, ya que deberían abarcar las diferentes dimensiones que constituyen a la empresa de una forma más global y completa.